Hay -dice Fernando Pérez, alcalde de Prado- pocos momentos en que un alcalde de pueblo siente la íntima satisfacción de serlo. La vida de un alcalde está llena de sinsabores y de incomprensiones, porque es el primer referente público local, el más cercano, a quien más cómodamente se le puede culpar de cualquier disfunción que se produzca, de cualquier problema que ocurra en el pueblo; y además, como es un conocido de todos los vecinos, incluso amigo, pues cualquiera se puede permitir el lujo de desahogarse con él, de abordarlo en cualquier lugar, en cualquier momento.
El primer día del mes de julio de 2009, he tenido ocasión de compartir con Fernando uno de esos momentos en que alguien que se dedica a la gestión pública, siente la alegría personal de haber culminado un proyecto comunitario, tras mucho tiempo de esfuerzo y dificultades.
En la fachada del Teatro, pintura de José Hinojo
Todo empezó allá por el año 2001, con una idea, una carpeta de proyectos y los bolsillos vacíos de dinero y llenos de decisión. Se trataba de convertir en realidad una ilusión cercana a la utopía. Y eso solo se consigue creyéndose aquella frase que se hizo famosa en la Francia de 1968: "Soyons réalistes, demandons l'impossible" ("Seamos realistas, pidamos lo imposible"). Han pasado muchos años desde que Fernando y sus compañeros de equipo de gobierno iniciaron esta tarea hoy felizmente acabada. Algunos han deseado que hubieran pasado muchos más, incluso que aquella ilusión no se hubiera plasmado en la hermosa realidad que hoy podemos disfrutar. Habrá incluso quien haya intentado hasta poner chinitas en el engranaje de las ruedas de este ilusionante proyecto; así es la política mal entendida que algunos practican; pero aún contra esa marea contraria, aún con los escasos medios que una administración local depauperada tiene, un puñado de hombres y mujeres han convertido aquella ilusión en este flamante final. Seguramente el día de la inauguración de ese nuevo equipamiento público, los que han hecho esto posible, los realistas que pidieron lo imposible, han sentido una honda satisfacción y les ha bastado -para sentirse recompensados- con la sonrisa de sus convecinos y el apretón de manos o el beso de algunos. Y al pastel de esa íntima satisfacción, la Orquesta "Manuel de Falla", una cristalina soprano, un cantaor de terciopelo y una bailaora de perfiles transparentes, cuyos nombres desconozco, han puesto la guinda que en las imágenes y vídeos de esta página se pueden ver.
Este Café de Chinitas -arriba cantado- va dedicado a
los que ponen las chinitas, para que endulcen su hiel.
3 comentarios:
¡Qué bonito!, aunque seas un buen alcalde, en el sentido mas loable de la palabra. Quizás se haya perdido en el camino de ese servicio público, un magnífico poeta. Los poblaores guardaremos en la memoria la crónica que de un día muy importante para Prado, hizo nuestro Alcalde de El Bosque.Un poblaor.
Hola. Con todo mi respeto, tengo que comentarle, que la idea de este proyecto de Auditorio de Prado del Rey, no fue del actual equipo de Gobierno (Psoe) que dirige el sr Pérez, sino que se remonta al último periodo de la legislatura del sr. Mariscal (Cds). La entonces concejala de educacion y la de cultura se patearon las oficinas de Diputación enseñando el proyecto y pidiendo ayudas.
Al Cesar lo que es del Cesar.
Sin más, reciba un cordial saludo de esta poblaora que le sigue y lee muy asiduamente.
Estimada A.G.: En la gestión pública lo importante es ir sumando esfuerzos para conseguir objetivos beneficiosos para el pueblo; todos los que hayan puesto ladrillos para edificar una casa deben sentirse coautores de ella, así que -como dices- a todos hay que reconocerles su labor. Un saludo.
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