Río Majaceite

Río Majaceite
Río Majaceite a su paso por El Bosque

13 dic 2018

PAULA



Solo se podían escribir versos tristes aquella noche. A pesar de que las luces de la navidad nos iluminaban, a pesar de que la vida parecía seguir igual que todos los días, a pesar de que el mundo seguía caminando como si no hubiese sufrido herida alguna… a pesar de todas esas apariencias, solo se podían escribir versos tristes aquella noche; solo palabras como desconsuelo, llanto, dolor, podían brotar de nuestros labios… Y las gotas de lluvia que habían venido a humedecer nuestras miradas no eran más que lágrimas caídas de un cielo en el que no brillaban las estrellas ni la luna, solo nuestros ojos enrojecidos por la inmensa pena de haber perdido a un ser querido, por la enorme pena de estar junto a unos padres y a una hermana hundidos en el sufrimiento de ver partir para siempre a quien más se quiere, por quien más se lucha, por quien se está dispuesto incluso a dar la vida. Por eso aquella noche en el firmamento de nuestra memoria, de nuestros pensamientos, solo brillaban los ojos de Paula.

Han pasado desde entonces cortos días y largas noches y el dolor ha seguido latiendo en los corazones de cuantos la querían; el dolor que entonces dejó su partida ha seguido fluyendo incesantemente por las arterias de nuestra vida cotidiana como un río que no suena, que parece no estar, pero que no deja de humedecer nuestros sentimientos. Larga es la vida cuando se echa de menos a un ser tan querido, largo es el tiempo cuando las sonrisas que asoman a los labios no son ya más que muecas que se dibujan para acompañar un saludo. Para unos padres, no solo aquella noche se podían escribir los versos más tristes; cada noche que se viva, la inmensa tristeza solo se verá mitigada por la sonrisa de la hija que quedó y el recuerdo de los ojos de la hija que se fue, el recuerdo de los hermosos ojos de Paula.

21 ago 2018

Concierto en La Donaira - El Gastor

El jueves día 16 de agosto asistí a un concierto en La Donaira (El Gastor), música en un entorno paradisíaco. Publico aquí una de las piezas que allí se interpretaron: voz de Sarah Laulan, saxo de Gerald Preinfalk y piano de Damien Westrelin.


24 jun 2018

DANIEL, ENTRE TRINOS Y AZAHARES

Tiene Daniel 97 años y sigue con su zoleta y su huerto, cultivando vida cada día. Aquí lo tienen:


      

30 may 2018

PASEO POR LA PRIMAVERA

El pasado domingo 27 de mayo, de regreso de la ciudad de Ronda, entré en uno de los pueblos blancos de la Sierra de Cádiz, El Gastor, que lucía, colgadas de sus paredes, hermosas macetas con flores de colores mágicos. Así lo vi y así lo dejo aquí para el disfrute de quienes visiten esta página.

10 may 2018

PEPE JUÁREZ




Con motivo de su prematuro e inesperado fallecimiento, se han organizado diversos actos en recuerdo del amigo Pepe Juárez. En mí se delegó para elaborar un vídeo que recopilase los distintos aspectos de su vida y aquí está dibujado a grandes rasgos el perfil de Pepe, su entorno familiar, profesional y su amor a la Naturaleza.

8 may 2018

EL QUEJIGO DEL APRISCO


Hace unos días, en una ruta por el monte Albarracín, el monte sobre el que vive y duerme mi pueblo, nos paramos a la sombra del grandioso quejigo que se ve en estas imágenes y una de las amigas senderistas leyó este poema que escribí con motivo de otra ruta que hicimos al mismo lugar hace ya unos años en compañía del amigo Pepe Juárez, recientemente fallecido a temprana edad. 



22 mar 2018

SE ACERCA LA SEMANA SANTA

Se acercan esos días en que las calles de muchos pueblos y ciudades se llenan de gente, de santos, de músicas que se repiten año tras año... Reflejo ese ambiente en este vídeo hecho de imágenes, voces y músicas soñadas.



            

18 ene 2018

MOGARRAZ


Mogarraz dormía o parecía dormir en medio de un hermoso silencio adornado de cantos de agua que varias fuentes entonaban en medio de la dorada oscuridad de sus calles. Paseábamos bien abrigados, aunque el intenso frío nos sorprendía en cada esquina; caminábamos, nos parábamos, mirábamos los muchos retratos de personas cuyos rostros decoran las fachadas de las casas del pueblo, nuestro ojos llenos de signos de interrogación. Ya cerca de la Plaza Mayor, una música gregoriana vino a poner magia en nuestros tímpanos, sorpresa en nuestras miradas. Caminamos hacia la iglesia que se erigía en la zona alta de la plaza, pensando que de allí provenía aquella música, pero la iglesia estaba cerrada. Junto a la iglesia, de un portalón abierto que dejaba salir una luz tenue, es de donde también salían aquellos cantos gregorianos que impregnaban de misterio la noche mogarreña. Un señor mayor, de ochenta y seis años según supimos después, de nombre Sebastián, era el mago que con un viejo radio-cassette llenaba de aquella música la plaza y las calles cercanas, una música que a él le servía de acompañamiento en su trabajo y a la que él sumaba el rasgueo de una escofina contra un trozo de madera.


Continuamos el paseo después de hablar un rato con aquel extraño personaje que en solitario, con aquella música de fondo, moldeaba aquella madera para convertirla en cuchara; decenas de cucharas colgaban del techo; decenas de bastones, hechos a mano, llenaban todos los rincones de aquella cuadra transformada en taller donde Sebastián pasa una buena parte de su vida. Había que volver, al día siguiente había que volver para charlar con este hombre, para comprarle alguno de sus bastones, para disfrutar con él de aquella música que siempre o casi siempre le acompaña mientras trabaja. 


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Volvimos al día siguiente. Recorrimos el pueblo para disfrutar de su belleza. Poca gente en sus calles. Los retratos colgados en las fachadas seguían siendo un misterio para nosotros. ¿A qué se debían? Un vecino nos dio la explicación: en 1967 un fotógrafo del pueblo, Alejandro Martín Criado, por encargo del alcalde, fotografió a prácticamente todos los mayores de edad de la población, con el fin de que se sacasen el carnet de identidad, y hace unos años el pintor Florencio Maíllo, mogarreño de nacimiento, se dedicó a convertir aquellas fotos en retratos pintados en lienzos de chapa, que ahora lucen en las fachadas y sorprenden a los visitantes.


No todos los vecinos están a gusto con esa exposición, que ya lleva varios años puesta; a Sebastián y a algunas de las personas mayores que con él hablaban del tema en la plaza, a instancias nuestras, no les gusta; Sebastián, Sebas para los amigos, autorizó que colocaran su retrato y el de su padre en su fachada porque es amigo del pintor; a una señora mayor que en la tertulia estaba le parecía que "los muertos muertos están y no hay por qué tenerlos ahí expuestos", aunque no todos los que aparecen en los trescientos ochenta y ocho retratos colgados en las fachadas, han muerto, no pocos aún viven.




Ya cuando nos despedíamos de Sebas, le pedí que me vendiese uno de los muchísimos bastones que en su taller almacena. Me contestó que no, que él no vende, que sus bastones no tienen precio, que en algún caso los regala. En este caso, terminé el paseo por las calles de Mogarraz, apoyado en uno de sus hermosos bastones por el solo placer de ir acariciándolo.