Río Majaceite
30 dic 2011
UN PASEO POR SEVILLA
20 dic 2011
PARÉNTESIS NAVIDEÑO
18 dic 2011
LAS NAVIDADES
11 dic 2011
LA ENSALADILLA DE "EL DUQUE"
Entre tanta maravilla que hay en El Bosque,
desde el rio Majaceite al lindo Pinsapar,
todo buen catador de tapas y buen vino debe su paladar inundar.
Cada vez que voy disfruto de sus gentes y de su rica y variada oferta gastronómica. Pero mención especial hay que hacer cuando uno, ansioso, espera que sea la hora, mediodía, para ir a que su amigo Gabriel, el del Duque, le traiga ese platito de ENSALADILLA con una copita de Protos. Allí me siento yo, en mi barril, solo o acompañado porque siempre hay algún bosqueño generoso que se brinda en acompañar. Entonces, mientras saboreo LA ENSALADILLA, porque no es cualquier ensaladilla, no, es LA ENSALADILLA, pienso que ni mi madre, ni mi amada esposa, ni mis queridos amigos de Barcelona, ni en todos aquellos lugares que he visitado y países recorridos, hacen de la ensaladilla, plato tan sencillo y corriente, algo tan sublime, consiguiéndolo alzar a la categoría de "gran delicatesen".
Felicito y doy las gracias a esa mujer que Dios le ha dado el don dehacerla así.
Que aunque de la cocina casi no sale, yo sé que siempre está ahí.
Recomiendo a todo aquel que tenga la suerte de visitar El Bosque que la cate.
Y si son rusos mejor, que mi ENSALADILLA de El Bosque nada tiene que envidiar a la suya.
Fueron veintiún días y veintiuna las deliciosas ENSALADILLAS que tomé. Y deseando estoy que llegue el verano que viene; si Dios quiere, con los míos y con Gabriel, en El Duque, allí estaré.
Un saludo a todos los bosqueños y bosqueñas por su simpatía, generosidad y hospitalidad, y ya no me queda más que deciros, así que
¡HASTA PRONTO!
-David, esto es lo que te aguarda para cuando vengas, "toa pa ti". (R. Madrid 1- Barça 3)
2 dic 2011
CONCURSO DE PARADELA
y a la convocante.
El trabajo me ha traído a Granada este día de finales de noviembre. He llegado de noche, apagadas ya las blancas luces de Sierra Nevada. En el coche venía pensando que tenía que escribir una entrada para esta última etapa del concurso de Paradela y que prácticamente ya no me queda tiempo. He llegado al hotel, un pequeño hotel con aspecto de alojamiento rural; he pasado por recepción y he subido a la habitación: ropa, perchas, un vaso de agua, un derrumbe en la cama y unos minutos de tele, Milán – Barça. Tras el breve descanso, he bajado con el portátil, un cuaderno y un boli, a buscar una salita con chimenea que, mientras cumplía los trámites de registro, había divisado en uno de los laterales de la amplia entrada del hotel. Entro, la salita está sola, la chimenea encendida, una mesita y un sillón junto a ella."Aquí la voy a escribir: el fuego, sus rojas llamas, la ciudad de Federico y de la Alhambra, no tienen más remedio que hacer bajar las musas hasta mi pluma", pensé.
Fuera, Granada también duerme, me hundo en el silencio de sus calles, camino hasta la Puerta de Elvira, tomo en un bar de por allí un bocata de jamón ibérico riquísimo -la cocina está cerrada-, un pionono de Santa Fe y vuelvo luego paseando despacio hacia el hotel: a mis espaldas se queda la Alhambra y allá lejos, Sierra Nevada, que lanza suspiros helados sobre mis musas congeladas. Entro en la habitación, dejo el blanco papel sobre una mesa, pongo la radio y me acuesto con la prima de riesgo.
como por arte de birlibirloque,
a esta propuesta para el concurso
las musas encontradas
y hecha está ya mi entrada.