Flor de la jara
Hace muchos años, Chile tenía una voz y una guitarra que llevaban nombre de arbusto, un mismo nombre para ambas: Víctor Jara. El dueño de esa voz y esa guitarra era hijo de unos humildes campesinos, militaba en la izquierda chilena y apoyaba al gobierno transformador de Salvador Allende. Eso, entonces, para los usurpadores de la vida, constituía un pecado mortal, un delito de lesa patria.
En septiembre de 1973, un viento de negras entrañas se levantó y arrasó la esperanza del pueblo chileno. Víctor se hallaba en la Universidad donde trabajaba, con un numeroso grupo de estudiantes y profesores. Allí permanecieron todos encerrados como gesto de apoyo al gobierno legítimo de Allende. La policía lo detuvo y lo condujo al Estadio Chile, hoy bautizado con el nombre de Víctor Jara (a él se le recuerda así y de otras muchas maneras; su nombre permanece en nuestros labios; el de sus asesinos está en el cubo de la basura de la historia).
En aquel estadio deportivo, convertido en inmensa cárcel, fue torturado y acribillado. Y se le arrojó luego a un agujero inmundo, de donde manos amigas le rescataron. Su viuda pudo después darle clandestina sepultura.
Estos días pasados se le ha rendido homenaje al cantautor chileno y su cuerpo ha sido trasladado nuevamente al Cementerio General de Santiago en medio de un ambiente festivo, como en vida él deseó ser enterrado cuando le llegara su hora. Quede la flor de jara que encabeza esta entrada a los pies de lo que nadie pudo matar, su música y sus versos.
10 comentarios:
Grande como él mismo. Me enseñó a desalambrar. Saludos.
Las pistolas disparan y a las palabras matan, el poeta ruge y el fiero león maúlla, el poder tiembla y se tambalea cuando los pobres rechinan los dientes, desaparece el miedo y por las rendijas de las esquinas aparece desesperadamente el valor, las cadenas y barrotes ya no hacen prisión, si las ideas se unen con una misma razón. Un saludo.
Aro, imaginarás lo emocionada que estoy en tus letras, este homenaje a Victor Jara nuestro cantautor .
Su voz sigue en el aire de ésta su patria amada. Su pueblo aún llora su sangre tan injustamente derramada.
Gracias Aro, siempre he sentido tu calidad humana y es por eso mi gratitud y cariño.
Cecy
Los grandes siempre estarán en el recuerdo del pueblo. Preciosa entrada, Arobos.
Precioso recuerdo a un poeta que me tiene encandilada desde hace mucho, mucho tiempo.
Tu tierra, maravillosa, como siempre.
Granada, apasionante.
Besos
Has dicho todo: su nombre sigue en nuestros labios. Sus asesinos morirán en la ignominia de saberse asesinos.
Hola besos y saludos, depues de algún tiempo,pasare mas tarde a leerte.
Hola, Aro:
Recuerdo aquellos terribles días como si fuesen ayer... y aún tarareo sus canciones.
Saludos.
Que entrada-dedicatoria tan linda...
Precioso homenaje el tuyo y como bien dices, de alguna manera murió el cuerpo pero nos dejo en sus versos su alma
Un abrazo
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