24 de febrero de 2009
Un día como hoy del año 1500 nació el que fuera rey de España y Emperador de Alemania, Carlos I - Carlos V.
Me comenta mi amigo Jesús, a propósito de mi crónica sobre los últimos días de Antonio Machado, un artículo de Mario Vargas Llosa sobre la procedencia o no de la repatriación de los restos mortales de Jorge Luis Borge a Argentina, recabando así mi opinión acerca de esa misma acción con respecto a los del poeta español enterrado en Collioure. No había leído yo el artículo de Vargas Llosa sobre este asunto, pero la opinión a bote pronto que le di a Jesús es que esos personajes son universales y, por tanto, no son "repatriables" porque su patria es el mundo; el alma de Machado, su figura humana, su creación literaria, se han desarrollado en un entorno, en unos lugares concretos, en un país con determinadas fronteras físicas, pero han remontado vuelo y se han elevado efectivamente a la categoría de universales. Ni Borge ni Machado son personajes que puedan encerrarse en el concepto aldeano de patria, sus obras trascienden las fronteras; aunque eso no contradice en absoluto el hecho de que Machado fuese un profundo amante de su país, España. En su obligada marcha hacia el exilio, se llevó con él un joyero lleno de tierra española, para que la pusiesen en su tumba; con ese puñado de tierra fue enterrado, en suelo francés.
Homenaje a Machado: Paco Ibáñez canta junto a la tumba. EFE
En el homenaje que ayer se le rindió a Machado en Collioure, un periodista le preguntó al cantautor Paco Ibáñez, presente en dicho homenaje, si le parecería bien que los restos de Machado volviesen a tierras españolas. Él contestó: "No sé, pregúntenselo a él." Yo creo que la respuesta agradecida de D. Antonio, hombre sencillo, enemigo de fastos, sería "dejadme en este pueblo que supo acogerme, a mí y a los míos, en unas circunstancias tan duras; mi alma está en mis libros y en los que los leen, es decir en todas partes."
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