El amigo Paco Cifuentes me ha enviado un poema para que yo se lo dé a otro amigo suyo (y mío), Paco también de nombre, López de apellido; un hombre que llegó a El Bosque hace unos años buscando un lugar donde encontrar amigos, salud y paz. Y se quedó. Vive Paco solo en el llamado barrio del Quejigo, pero tiene vecinos que, de vez en cuando, le dan compañía. A Paco se le ve andar por las calles del pueblo, sentado con amigos en bares, delante de una vaso de tinto y en medio de su interminable y amena conversación. Paco habla mucho y él se justifica diciendo que como pasa demasiado tiempo solo, cuando está con alguien tiene que aprovechar para decirlo todo. Pero su conversación siempre es interesante porque su experiencia es larga y diversa.
Le he llevado el poema que a mi correo me envió el otro Paco, el Cifuentes, la noche del pasado domingo, fría y solitaria; he llamado, pero no me abrió, estaría ya dormido, así que se lo eché por debajo de la puerta pensando que al amanecer Paco se llevaría una gran alegría al leer los versos que aquí debajo aparecen:
Para Paco López
PALABRAS DE UN AMIGO
(I)
Comparte
que lo que no se da
se pierde.
Y quédate un par de chistes
que no hayas contado a nadie.
Por si algún día te quedas solo.
Y en el mejor de los casos,
se los puedes contar
a tus amigos, todos calvos,
después de tanta lluvia.
Como un farol
que se saca
uno de la manga
en la escalera
hacia el cielo.

(II)
Busca algo que no te canse y tenle respeto.
Porque puede ser que no te quede un día nada más.
Un día amaneces y eres algo que no quiere
lo que le rodea o corres a esconderte
con miedo.
Todo el ruido de yupis, los coches y los héroes, las estrellas concertadas.
El país lo dirigen nenes con entradas y mucha cara,
en vez de abuelos calvos, joder,
de sabios borrachos si quieres;
pero de “tíos que hayan vivido o tengan mucha intuición,
o inteligencia emocional como lo llaman ahora.”

A las crestas de sus olas hay que correr a montarse, joder.
Siento que casi todo me sobra al despertar
si no me duele ningún hueso
y con suerte un día a la semana
quedo para llorar de risa
con un amigo.